¿Qué Ofrecerle A Dios? ¿Demanda Algo de Sus Hijos?
Cuando en verdad tenemos amor por Dios, si decidimos de todo corazón servirle, no será difícil darle algo de valor que Dios busca en todos nosotros. El amor nos hace ser fieles, el agradecimiento también, como hijos del Señor, tenemos grandes cosas que ofrecerle a Dios y su mismo Espíritu santo nos guía a saber qué darle.
Dale Alabanzas A Dios porque él Es Digno de Eso y Mucho Más
Dale tu alabanza, cuando Jesús se encontró con la mujer samaritana, él le dijo que el padre buscaba adoradores que le adoren en espíritu y en verdad porque a tales adoradores él busca. La alabanza es un acto en el que reconocemos los méritos de Dios, su grandeza y más que eso su dignidad. Es una manifestación de fe al saber que él está muy pendiente de su pueblo y como tal trabaja a su favor.
Dale tu amor a Dios porque él te amó primero
Dale todo tu amor, recuerda el sacrificio de amor que Jesucristo hizo por ti, fue capaz de morir para que tú y yo tengamos vida y vida en abundancia. El Señor mostró su amor por nosotros, cuando siendo pecadores, Cristo murió para librarnos del pecado y de la muerte. Si te interesan citas bíblicas que hablan de su amor, te recomiendo leer el artículo anterior cuyo enlace verás al final de éste.
Muchas personas están en los caminos del señor por miedo al Diablo o al infierno, me asombré de ver líderes que dicen que si la iglesia pasa la gran tribulación en la tierra que mejor sería estar en el mundo y la verdad es que con tales afirmaciones demuestran no amar a Dios, solo buscan escapar de una realidad.
Dale Tu Amistad A Dios, él Es Tu Amigo
¿Cómo es eso de darle nuestra amistad a Dios? El mismo Jesús dijo que si le amamos que guardemos sus mandamientos y que al hacer eso seriamos no solamente sus discípulos, sino también sus amigos. Con un amigo se habla en confianza, se le respecta, se le pide consejos, al amigo le contamos los secretos y con ellos consultamos las decisiones importantes.
Hombres y mujeres en la biblia caminaron con Dios y el mismo Señor los considero como amigos. ¿Qué tienes tú que no puedes ser amigo de Dios? Yo tengo un amigo que fue capaz de dar la vida por mí y su nombre es Jesucristo, ¿arias lo mismo por un amigo? Sí, dio su vida para que yo tenga vida, entonces le debo la vida y como dijo Pablo, "ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí".
Dale el respeto y la admiración que en verdad se merece
No tenemos que ser grandes entendidos, doctos en la palabra de Dios, para saber el respeto y la admiración que debemos sentir y tener por Nuestro Señor. Desde el aire que respiramos se lo debemos a él y sabemos de los milagros que diariamente hace en nuestras vidas. Muchos de esos milagros pasan de forma anónima, pero nuestro amoroso padre celestial es el responsable.
Cuando vivimos una vida acorde con las enseñanzas bíblicas, los mandamientos que son solo para nuestro propio beneficio, de esa forma mostramos respeto por nuestro creador y hacemos un reconocimiento a su obra redentora que nunca termina en favor de la humanidad.
Dale tu corazón y que Dios viva en él
Es posible que como cristiano diga que ya le entregaste tu corazón a Dios, es importante que hagamos un análisis de cuál es la realidad: ¿Qué lugar ocupa Dios en tu vida? ¿Cuál es tu prioridad? Recuerda que engañoso es el corazón más que todas las cosas y que de ninguna forma él puede morar en templo sucio, más los de limpio corazón son más que bienaventurados porque ellos verán a Dios.
Al final de los tiempos cuando el Señor regrese por su pueblo fiel, el mismo Jesús dice que vendrán ante él muchos que al parecer entregaron su vida al ministerio, ya que hicieron grandes milagros y mediante sus prédicas personas vinieron al redil, pero la gran sorpresa es que Jesús dice no conocerlos. La verdad es que Dios no puede ser burlado y siempre ha conocido las intenciones del corazón de cada hombre o mujer en este mundo.
Da de gracia lo que por gracia recibiste
Esta salvación tan grande es por gracia y el mandato es llevar el reino de los cielos a toda criatura que esté dispuesta a recibirlo. Predicar la palabra de Dios es tarea de todo creyente. Muchos predicamos en las calles, las congregaciones, sitios web como este y hasta en redes sociales, también tenemos experiencia en el campo misionero en donde se levantan nuevas iglesias, es decir que no tenemos escusas para no predicar el mensaje de salvación.
Para resumir podemos darle a Dios: Nuestro corazón, nuestra alma, todos nuestros actos voluntarios, nuestros pecados, nuestras tentaciones, nuestras frustraciones, nuestros deseos, nuestros anhelos, nuestras dudas, nuestros miedos, nuestras miserias, nuestras imperfecciones, pero sobre todo, y lo que Él más quiere, nuestro amor humano, libre, espontáneo, natural, imperfecto. Es decir: sé tu mismo y entrégate por completo y deja que Dios realice los cambios que sean necesarios en tu vida, ponte por completo en las manos de Dios.
Siempre he tenido la idea de que debemos ser adoradores, predicar la palabra y ayudar al prójimo, y todo eso hacerlo con amor. Espero tus comentarios sobre este tema: "¿Qué darle a Dios si él es dueño de todo?". Mi respuesta: sé buen administrador de todo, porque todo es de Dios.